15/07/11
El trencito del parque vuelve reluciente
Remodelado y con motor nuevo, se prepara para volver a repartir alegría. Ayer se hicieron pruebas. Emociones entre los testigos.
El motor volvió a toser después de siete años de silencio. Con el sol reflejándose en el esmalte rojo de la locomotora, recién pintada, y con los seis vagones impecables -ahora cerrados y techados- el viejo trencito del parque 9 de Julio, el mismo que paseó a dos generaciones de tucumanos, está de regreso. Un poco cambiado, pero con el mismo espíritu de diversión.
Los asientos de madera fueron reemplazados por cómodos y mullidos tapizados. Otro dato interesante es que ya nadie podrá tocar las hojas de los árboles con las manos, porque cada vagón estará protegido con vidrios fijos. Los chicos podrán disfrutar de su paseo aún en días de lluvia o cuando haga mucho frío.
Ayer a la siesta una grúa se encargó de levantar las seis toneladas de la locomotora para colocarla en el camión con remolque que la trasladó desde el depósito de Jujuy al 4.500 hasta la vieja estación. Allí la esperaban la propietaria de la máquina, Mariana Morillas, el subsecretario de Obras Públicas, Atilio Belloni, y el director de Espacios Verdes, Pablo Bulacio. "Para el intendente Domingo Amaya, esto significa devolverle un patrimonio cultural a los tucumanos", acotó Bulacio.
El tren también dispondrá de un vagón con rampa para discapacitados y lugar para la silla de ruedas. El típico silbato que muchos adultos ya conocen volverá a sonar en cada uno de los seis cruces de calle que el tren hará en su recorrido por tres kilómetros de vías. "Todavía estamos probando cómo funciona", aclaró Belloni. No hay una fecha precisa para que el servicio se ponga en marcha. En ese sentido, habrá que ser pacientes.
¿Te acordás?
Cristina Flores y su esposo Héctor detienen su auto frente a la estación y se bajan. Están con sus hijas Luciana y Agostina, de 22 y 26 años, y su ahijado Joaquín, de cinco años. No lo pueden creer. Un aluvión de recuerdos les cae sobre la frente y los hace sonreír. "¿Te acordás cuando nos traían?" dice una de las chicas. "¡A mí nunca me trajeron!" se queja Joaquín y, de inmediato, se trepa en la máquina para sacarse una foto.
Mario Alderetes, uno de los empleados que manejan la grúa, recuerda el año en que dejó de funcionar el trencito. "Mi hijo mayor tenía cuatro meses. Mis otros dos hijos no conocen el tren y me encantaría traerlos. Tengo enormes recuerdos; veníamos con mis padres y mis hermanos todos los años, especialmente para el Día del Niño", cuenta con los ojos brillosos.
René Morillas, de la empresa concesionaria (dedicada al servicio de parques de diversiones en Santa Fe), detalla que se gastaron $ 300.000 en la restauración del tren y $ 35.000 en la compra de un motor 0 km.
Hasta que se realicen los estudios la empresa funcionará con un permiso precario. Será durante un año, hasta que se realice la licitación.
"Tengo fotos de cuando era chica en este trencito, junto a mi padre, que ya no está. He pasado domingo maravillosos en este lugar", apunta maravillada Graciela Medinas, en un alto de su recorrido por el parque 9 de Julio, donde todos los días hace deportes. "Mis hijas no llegaron a conocer a su abuelo. Pero te aseguro que voy a ser la primera cuando el trencito vuelva a andar -destacó-. Los momentos que se pasan aquí son inolvidables y quiero que mis hijas también los disfruten". (La Gaceta)